jueves, 2 de abril de 2015

Origen de los colores

Como ya lo había comentado antes, la camiseta es parte fundamental para identificar a nuestra selección. Sin embargo muchos de los colores de las camisetas no corresponde a los tonos de la bandera de la nacion a las que representan.

Por ejemplo, la selección holandesa, que causó sensación en el mundial del 74, al vestir una prenda naranja, color que no corresponde al pabellón rojo, blanco y azul. El tinte cítrico se identifica a la ‘Casa de Orange’ la familia real holandesa. Algo similar sucede con Italia, cuya bandera es verde, blanca y roja. Sin embargo la escuadra viste azul. Cuando el equipo peninsular jugó su primer duelo internacional, en 1910, reinaba en la nación la ‘Casa de Savoia’ cuyo tono característico es el ‘azurro’.

El caso del blanco de Alemania no es asunto real, sino histórico que identifica a la antigua Prusia. Mientras que el verde del uniforme alternativo, fue tomado como muestra de agradecimiento a la selección irlandesa, primer país en invitar a jugar a los germanos después de la Segunda Guerra Mundial.  

El azul de Japón responde a la filosofía nipona de adoración al cielo y al mar, pero también para distinguirse de sus rivales Corea del Sur y China quienes portan rojo. El ‘vinotinto’ de Venezuela fue adoptado en 1938, cuando la delegación sudamericana asistió a los Juegos Bolivarianos en Bogotá. Los venezolanos portaban un uniforme amarillo que coincidía con la vestimenta de los anfitriones. El Comité Olímpico Internacional asignó a Venezuela el granate para su vestido oficial. El cambio fue aceptado y adoptado hasta nuestros días.

El celeste uruguayo si bien no es la tonalidad de la bandera de franjas azules y blancas con el sol dorado en la esquina, fue impuesto por un triunfo deportivo del 10 de abril de1910, donde el River Plate de Montevideo venció al Alumni, el club argentino de mayor poder en ese tiempo. El triunfo tomó una importancia nacionalista de grandes dimensiones, y como el River utilizó la camiseta de color celeste en aquella jornada, el tinte fue adoptado por siempre como distintivo nacional.



Por ultimó tenemos el verde y dorado de Australia. La bandera oficial es azul con estrellas blancas y un pequeño pabellón ingles en la esquina superior. Sin embargo el uniforme fue diseñado en base a la flor nacional, el zarzo dorado, que con hojas verde oscuro crece en los bosques del sur del aquel país. 

miércoles, 1 de abril de 2015

Estrellas en la celeste

Amamos la camiseta, ya sea de nuestra selección o de un club de futbol. A veces no importa si esa escuadra es de otro país. Pero hacemos lo imposible por adquirir esa playera y vestirla con orgullo.

Cada cierto tiempo cambian los diseños, pero no los escudos, que son adornados por unas cuantas estrellas. Brasil, el gran monarca de la copa del mundo, posiciona cinco de estas arriba del escudo de su selección. Le siguen Italia, Alemania y Uruguay con cuatro…. Espera… ¿!qué¡?.
¡Así es¡, cuatro estrellas son las que lucen en la camiseta charrúa. Quizá algunos ya lo habían notado, pero nadie se lo preguntó. Puede ser que algunos si lo sepan, incluso cabe la posibilidad de que no les importe en lo más mínimo.

Pero la razón por la cual existe este numero de cuerpos astrales en la celeste, se debe al victoria de la `Garra Charrúa` en los juegos Olímpicos de Paris 1924 y Ámsterdam 1928. En la edición francesa se consagraron 3-0 sobre Suiza. Cuatro años después se colgarían la medalla de oro tras derrotar a su similar de Argentina 2-1 en el partido vuelta después de haber empatado a un gol unos días antes.

Ambas selecciones se verían las caras en la misma circunstancia dos años después en la primera edición del mundial. En donde Uruguay volvió a vencer a la albiceleste coronándose como el primer campeón de los mundiales. Veinte años después volvería a levantar el título en el famoso `Maracanazo’ frente a Brasil.


Para muchos uruguayos los triunfos conseguidos en los Juegos Olímpicos tienen el mismo valor que los obtenidos en las copas del mundo. Esa es la razón por la cual cuatro estrellas doradas están bordadas en la camiseta celeste.


Aventuras de Maradona

Es bien sabido que Estados Unidos no es y nunca fue un país donde el fútbol fuera el deporte más popular, ni siquiera el segundo o el tercero. Quizá tenga un lugar muy abajo en el podium.

La elección para celebrar el mundial de 1994 en este país desató muchas polémicas y algunas historias insólitas y divertidas. Una ellas fue la que le sucedió a Diego Armando Maradona. Poco antes del inicio del torneo, el '10' aprovecho una mañana libre para pasear con su esposa, sus hijas y su amigo, el periodista Adrián Paenza en el centro comercial de Faneuil Hall Market Place, situado en Boston, ciudad donde se concentraba la selección argentina.

En medio del Mall el grupo se dispuso a comer unas pizzas con un exalumno y amigo de Paenza, Gerry Garbulsky, quien vivía en dicha ciudad. El astro le pidió a Gerry que lo acompañara a un local de ropa deportiva. Dentro del establecimiento ambos notaron que estaba decorado con pósters de varios futbolistas y promocionales del mundial. Pero ninguno mostraba al crack albiceleste. Maradona quedo maravillado por la gran cantidad de marcas de calzado que se vendían. Con ayuda de Gerry y un joven vendedor, el'pelusa' eligió ocho pares que se dispuso a pagar en la caja.

El vendedor muy asombrado por la gran compra le regalo al argentino un llavero promocional de la copa del mundo y le dijo en ingles "No se si usted sabe, pero está por comenzar aquí, en Estados Unidos, el mundial de soccer. Este llavero tiene el logo del torneo". Gerry tradujo el comentario, a lo qué Maradona agradeció el obsequio y los dos argentinos salieron de la tienda con la compra. Segundos después Paenza ingresó a la tienda con Claudia Maradona, quien también compraría calzado para sus hijas. El periodista notó las decoraciones y le pregunto al vendedor ¿Sabe usted quien acaba de entrar aquí? Ante la negativa del joven, Paenza concluyó " el mejor jugador de soccer de toda la historia" avergonzado por su ignorancia y no haber reconocido al crack, el joven tomo un bolígrafo y papel, saliendo a toda prisa del local para alcanzar a gritos a sus clientes recientes.


No dejaría pasar la oportunidad de conseguir un autógrafo de una leyenda del balompié. Cuando Porfin los alcanzó, extendió la hoja y el bolígrafo y emocionado le pidió la firma a.... Gerry.